El pasado 7 de diciembre, se llevó a cabo la entrega de los Reconocimiento al Programa Nacional de Tuberculosis – APS 2023
Nuestra institución, y en específico el Programa Nacional de Tubérculos estuvo presente en el evento, recibiendo su reconocimiento como Práctica de Excelencia por el trabajo “Atención integral e intersectorial de la tuberculosis centrada en las personas y mejora de la adherencia al tratamiento en Montevideo y Área Metropolitana”.
El Foro Nacional de Atención Primaria de Salud y el Concurso de Buenas Prácticas en APS 2023 organizado por el Nodo de Inteligencia Sanitaria de Uruguay (NISU), Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, Ministerio de Salud Pública (MSP) y Organización Panamericana de la Salud (OPS), busca identificar y visibilizar experiencias, iniciativas y conocimiento tácito o explícito del sistema de salud de Uruguay.
Como parte de la mesa de expositores de las Buenas Prácticas, la Dra. Gabriela Amaya, subdirectora del Programa Nacional de Tuberculosis, destacó en su exposición la experiencia del programa en relación a la atención integral y los cambios en ella.
Contexto:
Uruguay tiene una forma centralizada de atender a los pacientes de tuberculosis y sus contactos, estos centros de atención primaria están ubicados en todos los departamentos del país.
Las estrategias de trabajo se basan en la detección y tratamiento oportuno de los casos de tbc y en el estudio de los contactos y tratamiento preventivo cuando está indicado.
La adherencia al tratamiento es la principal barrera que enfrentan los programas de tuberculosis a nivel nacional e internacional, esto tiene que ver con los tratamientos largos en el tiempo y la supervisión de los mismos que influyen en el abandono final del tratamiento y esto tiene repercusiones muy importantes en el paciente, en la familia y en la comunidad, siendo por lo tanto uno de los principales problemas de salud pública.
Sobre el Programa Nacional de Tuberculosis:
El PNT está creado en la órbita de la CHLA-EP que por Ley se encarga del tratamiento, la atención y del subsidio económico a los pacientes, además de llevar adelante la vigilancia epidemiológica. Se atienden pacientes del subsector público y privado de forma universal, quienes acceden a la CHLA-EP mediante una atención integral, con recursos humanos en salud especializados, principalmente médicos neumólogos, infectólogos, pediatras y personal de enfermería altamente capacitado en la atención en tuberculosis.
El abandono del tratamiento:
Cuando los abandonos del tratamiento son identificados como un gran problema de salud y esto se traduce en la imposibilidad de salir de esta endemia y por lo contrario existe el aumento de casos año tras año, se identificó que debíamos presentar un cambio en la estrategia, y es lo que hicimos, una transformación en el modelo de atención.
Estos centros de atención distribuidos a lo largo y ancho de todo el país, debían sufrir un cambio de enfoque APS ya que estos centros se identifican como tales, buscando un entendimiento de las autoridades y de los equipos de salud, para idear una eficiente transformación.
Sobre la transformación:
La Dra. Gabriela Amaya enfatizó en «La transformación también es cambiar esa atención especializada y centralizada a una atención que se base en las personas, esto parte de investigaciones programáticas y operativas desde el PNT, que permitieron determinar barreras para el cumplimiento de este tratamiento”.
Cambios:
1- Ajustes en las prestaciones universales, centradas en las personas y sus necesidades particulares. Lo que implicó una planificación interna, incluyendo aprobación de gastos, nuevos insumos. Se realizó entonces un cambio en el reglamento del subsidio y se ajustó a las necesidades de los pacientes con tuberculosis.
2- Adquisición de nuevos insumos y tratamientos, además de nuevas modalidades de supervisión.
3- Trabajo intersectorial con la sociedad civil. Se identificó que la CHLA-EP no podía abordar de forma única la problemática de los abandonos de tratamiento, con un sistema nacional integrado de salud y todas las fortalezas que esto implica, se establecieron alianzas y acuerdos intersectoriales con equipos a nivel estatal y de organización civil.
Apoyo intersectorial:
Con apoyo en investigaciones nacionales que permitieron identificar que la vulnerabilidad social de los pacientes y de la familia son de los principales riesgos de abandono, se pudo realizar un score de riesgo de- abandono de tratamiento, que permite tomar medidas anticipatorias siendo indispensables los acuerdo interinstitucionales para comenzar a trabajar con otros actores sanitarios, principalmente con RAP- ASSE, tanto en Montevideo como área metropolitana, permitiendo la captación de pacientes con tuberculosis que tenían un escaso acceso a servicios de salud.
También se implementaron acuerdos con programas del MIDES que justamente tienen un enfoque específico para muchas de las vulnerabilidades que tienen nuestros pacientes.
Es importante destacar los convenios y apoyos alimenticios para los pacientes con elevada vulnerabilidad social, gracias a la Liga Antituberculosa, organización de la sociedad civil, que desde hace más de un año están trabajando en directa colaboración con el PNT.
Resultado y lecciones aprendidas:
Se logró el entendimiento de las autoridades y del personal de salud sobre el manejo de pacientes con tuberculosis y su necesidad de abordaje y atención integral, conjunta y coordinada y que no puede ser exclusiva de la CHLA-EP, esto se mostró como una medida equitativa y costo – efectiva.
Además, la comprensión de la importancia del trabajo en red y que esto permite disminuir desigualdades.
Otra lección aprendida, es la importancia de la investigación a nivel nacional, siguiendo muy de cerca las investigaciones internacionales que requieren una evidencia y adaptación nacional para que los equipos acepten las estrategias a implementar y que se empoderen en ellas, acción fundamental para poder implementarlas y que tengan mayor aceptación, esto fue precisamente acortar los tratamientos preventivos, cambiar los modelos de supervisión de tratamiento con un beneficio para los pacientes, para las familia y para el personal de salud.
Finalmente, es importante destacar que la planificación de los objetivos, de las estrategias y de todas las actividades que se planifican, son medibles, y esto es una gran fortaleza para el programa que le ha permitido identificar el impacto positivo en todas ellas. Y consecuentemente a esto, podemos pasar de acciones puntuales a acciones programáticas, lo que se refleja en beneficios tanto para los pacientes como para la comunidad.
Imágenes: Pan American Health Organization PAHO