VARICELA

¿Qué enfermedad previene?

El virus varicela-zóster (VVZ) es uno de los ocho virus conocidos de la familia de los herpesvirus. Afecta principalmente a los niños, aunque los adultos no inmunizados también pueden contraer la enfermedad. En la mayoría de los niños sanos, la varicela se resuelve por sí sola sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, pueden surgir complicaciones potencialmente graves, como neumonía, hepatitis o encefalitis, que son significativas en determinados grupos de población. Los grupos de mayor riesgo incluyen a los adultos, lactantes durante el primer año de vida, embarazadas y personas inmunodeprimidas. El virus se disemina por el aire desde la faringe de la persona con varicela cuando esta tose o estornuda, o en menor medida directamente desde las vesículas de personas con varicela o con herpes zóster diseminado.

¿Cómo se transmite?

El contagio sucede cuando una nueva persona respira estos virus dispersos en el aire, o cuando su piel entra en contacto directo con las vesículas de la persona infectada.

¿Para qué se debe aplicar la vacuna?

La vacuna Varicela es la medida de prevención primaria fundamental para prevenir la infección por herpes Zóster.  La vacunación no solo protege a quienes la reciben, sino que también contribuye a la inmunidad colectiva, reduciendo la propagación del virus en la comunidad y protegiendo a aquellos que no pueden vacunarse.

¿Qué esperar luego de vacunarse?

Después de recibir una vacuna, es frecuente experimentar algunas reacciones leves que indican que el cuerpo está desarrollando inmunidad. Estas reacciones pueden incluir dolor, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la inyección, fiebre baja, fatiga y dolores musculares. Estos síntomas suelen ser temporales y desaparecen por sí solos en unos pocos días.