¿Qué es la Tuberculosis?
R:
La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria llamada Mycobacterium tuberculosis (Mtb).
Puede afectar cualquier parte del organismo, pero lo más frecuente es que afecte el pulmón.
¿Cómo se trasmite?
R:
Solo las formas de TB que afectan el pulmón son contagiosas.
Se trasmite en forma aerógena, al salir las bacterias junto con las gotitas que salen de la boca y nariz de un individuo al toser.
Los riesgos de contagio están relacionados con:
- La cantidad de bacterias que salgan del paciente enfermo,
- La ventilación que haya en la habitación compartida,
- El tiempo de contacto y
- La extensión de las lesiones pulmonares que tenga el enfermo.
Se clasifican 3 grupos de riesgo de acuerdo con el tiempo de contacto:
Alto: Convivientes (en caso de Hogar o Refugio) y Contacto diario ≥ 6 horas seguidas en misma habitación* o con factores de riesgo conocidos para inmunosupresión, independientemente de las horas de exposición.
Intermedio: Contacto diario <6 horas en misma habitación*
Bajo: Contacto esporádico
*Cuanto se trata de un centro de estudios, se fracciona en ≥4 horas y <4 horas adecuándonos a la duración habitual de las jornadas escolares
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad?
R:
Los síntomas que presente el enfermo van a depender del sitio donde se aloje la bacteria y en este sentido, de cuál o cuáles sean los órganos afectados.
En la mayoría de los casos se afecta el pulmón o la pleura y se presenta con síntomas respiratorios: tos, flema, falta de aire de aparición reciente, dolor torácico, etc. y síntomas generales como fiebre, sudoración profusa y adelgazamiento sin causa clara.
¿Es lo mismo estar infectado que enfermo?
R:
No, no es lo mismo. Si bien ambas situaciones implican haberse expuesto a la bacteria, los infectados no están enfermos ni contagian la enfermedad. Un individuo infectado está asintomático, tiene radiografía de tórax normal y estudio de flemas sin bacterias. Tiene la bacteria en su organismo y por eso se lo llama “infectado” pero está en estado de reposo (latente). Esto quiere decir que no se multiplica ni invade órganos, está controlada por la respuesta inmune (RI) del individuo infectado. Una persona puede estar infectada cuando se contagia al estar en contacto con una persona enferma con TB pulmonar pero su RI controla a la bacteria y la deja en estado de reposo. En cambio, un individuo enfermo, también se contagió de una persona enferma, pero generalmente tiene síntomas, radiografía alterada, flemas con bacterias y puede también contagiar la enfermedad a otras personas.
¿Cómo sabemos que alguien está infectado y no enfermo?
R:
Una persona para estar infectada tiene que tener test de PPD (Prueba de la tuberculina) positiva o test de IGRA (Interferón Gamma Release Assay) positivo, pero estar asintomático con radiografía de tórax normal y flemas negativas.
Hay un período inicial, de 3 meses aproximadamente, en que los test (PPD o IGRA) pueden ser negativos a pesar de estar infectados. Es por esto, que muchas veces, luego de evaluado el caso puntual, el médico supervisor de la CHLA‐EP decide indicarle un tratamiento preventivo hasta repetir los test, pasados los 3 meses del contacto con la persona enferma.
¿Cómo se previene la enfermedad en las personas que son contactos y están infectadas?
R:
Una persona infectada tiene riesgo de enfermar en algún momento de su vida si la RI falla o disminuye y las bacterias dejan de estar en reposo y comienzan a replicarse e invadir órganos. Una minoría de las personas infectadas progresa a enfermedad (10% a lo largo de toda su vida).
Pero, por lo general, las que enferman lo hacen en los 2 a 5 años siguientes del contagio. Por esta razón es bien importante determinar cada vez que hay un enfermo con TB quiénes son las posibles personas contagiadas (“infectadas”).
Existe la posibilidad de disminuir hasta casi eliminar este riesgo de enfermar mediante la administración de un tratamiento que se le llama tratamiento preventivo o tratamiento de la infección tuberculosa latente. El mismo consiste en la administración de un antibiótico diario durante 6 meses. Es importante recibir el tratamiento por 6 meses corridos sin interrupciones para que sea efectivo. De no poder cumplirlo es preferible no hacerlo que hacerlo de modo irregular pues las bacterias se pueden volver resistentes al antibiótico y si enfermara en un futuro puede ser un problema para ofrecerle un tratamiento adecuado.